Seguidores

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Mamá por siempre
















Ámame tiernamente, Óleo sobre lienzo, 
Juan Francisco Samaniego

Tu mano, acariciando mi cabello.
Y tu rostro acurrucado junto al mío,
Me abrazas fuerte, mamá, cuando tengo frío
Contigo he pasado momentos tan bellos.
Pensar en tu ausencia, me da escalofríos.

Allí estabas en mi primer día de escuela,
Mirando dulcemente lo que yo hacía,
Y tu rostro reflejaba la alegría,
Quedando en mi alma de niño, la estela
grabada de aquel maravilloso día.

Mamita, con ternura mi mano guías
sobre el cuaderno, cuando hago mi tarea
para que mañana: hombre de bien yo sea,
me enseñaste a rezar el Ave María,
no me desampares ni de noche ni de día.

Una cruel enfermedad te ha diezmado
Y ya no tengo el placer de escucharte
Usas señas para poder comunicarte
A la muerte venciste para estar a mi lado
Madrecita, jamás dejaré de amarte.

Mamá, cuando ya no estés más a mi lado,
Serás mi ángel de la guarda: mi querube,
Y cuidaras mis pasos desde las nubes,
Vivirás porque en mi corazón han quedado
Los recuerdos que con ternura he guardado.

Madre, y si yo he de partir primero
Seré en la bóveda celeste: el lucero
que te alumbre en tus noches de soledad
Por que seré una estrella en la inmensidad
Madre no sabes cuanto te quiero.

Tarde o temprano, vendrá el día en que los
astros se detengan junto con el tiempo,
y seamos como estrellas del firmamento,
Brillaremos por siempre juntos los dos,
Y nuevamente podré escuchar tu voz.

                                                                Juan  Francisco Samaniego
                                                                                Poeta  Galáctico