Mural del pintor Manuel Cárdenas, talento coclesano y que se encuentra en el Salón de Conferencias UTP-Coclé
La
noche inerte se embriaga con la melodía de las estrellas.
Tímida,
la luna, sale a esconderse…
a
ocultarse…
tras
la fronda,
del
árbol de barrigón
La
brisa serena que abandona el Valle
y
se escabulle entre el manglar
tiene
cara de diciembre.
Madre…
Madre
naturaleza:
¿Dime
dónde duerme la noche cuando el día se despierta?
Ah!
ya se escucha la alborada
con
su sinfonía de colores
Madre:
ya voy en camino
y llevo
a cuestas mi mochila
cargada
de esperanza y de ilusiones…
De
repente…
unas
nubes taciturnas
e
impertinentes
han
empezado a llorar
y
me empapan con sus lágrimas…
Ya
escampó; y me preguntó mamá
Porque
ya no escucho el concierto hilarante de los anfibios…
Porque
ya no escucho el canto monótono de las cigarras
Porque
las golondrinas duermen ahora en la ciudad.
Te
acuerdas cuando recorríamos este camino juntos
de
madrugada; tú al trabajo y yo a la escuela
Custodiados por los centinelas del camino que con sus
alas retorcidas son estatuas vivientes que laten con sus corazones de madera.
Los
chumicos inmóviles en los barrancos con sus brazos contraídos forman figuras
caprichosas, parecen estar posando para el destello de las cámaras.
Al
fin llego a casa y al abrazarnos siempre me dices ¡Cómo estas mi amor!
Sabes…
¡mañana
serás pequeña otra vez!
y
te pondrás tu uniforme
para
ir a la escuela
y
yo seré el niño aquel que encuentres en el camino
y
te regalaré una hoja de papel
donde
irá escrito este poema
y
se lo recitarás a tu maestra en la clase de español
sí, después…
otra
vez… cuando seas niña de nuevo
andarás
al galope con tus hermanos
sobre
aquellos corceles que vuelan
por
el campo.
Como
cuando me lo contabas cuando yo era pequeño
Mañana:
cuando tú seas niña y yo viejo
Ambos
iremos a la casa del árbol de guayacán
Y
así viendo caer esa nieve de color púrpura
te
contaré este cuento
para
que sueñes… por la noche.
Juan Francisco Samaniego
Poeta Galáctico
