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domingo, 5 de junio de 2011

Te veo


A veces te veo.
A veces me veo en ti.
Me ven tus ojos cerrados de otoño
tus ojos de mujer y de niña de abril.
Siento que tu mirada es tan profunda
que quiero caer en ella sin llegar al fin.
Tu sonrisa de luna...
                               llena los rincones
                   inunda nuestros rincones... satura mi alma.
Somos aguas de un mismo mar;
corrientes de un mismo río;
olas que navegan por este mar taciturno;
oleaje que se estrella contra las rocas mudas
de esta isla solitaria...
Toco... la espuma blanca.
Te acaricio...
Acaricio tu arena húmeda.
Toco... tu espalda mojada.
Beso: tu alma de niña. De niña traviesa.
Amo lo que está en ti,
me aferro a tus montañas...
                A tus montañas de alabastro.
Amalgama de cartílagos y tendones,
de fatigadas articulaciones.

Ya no me canso de escribir,
escribo tu historia sobre el horizonte,
frases que viajan en nubes de acuarela,
letras llevadas por el viento
y regadas por la lluvia pasajera.
Palabras...
En los árboles enredadas,
oraciones dibujadas:
                                         que siempre te leo...
Oraciones pintadas transformadas en canción.
Canción de amor cantada por el tiempo.
Canción que canto:
                                     cuando a veces te veo.
                                                                            Juan Francisco