Estrella fugaz del amanecer.
A veces te veo... y tú tan distraída.
A veces me miras... y yo tan
indiferente.
Fugaz.
Así es el instante cuando
las ventanas de nuestras almas se
miran.
Magia cómplice que nos envuelve como
olas que juegan en el ocaso.
Luego.
Sí.
Más tarde... ...cuando el
sol camine desnudo al mediodía
te diré que me gustas.
Luego.
Sí.
Después...
que las hadas escuchen el color del
tiempo...
y cuando los árboles nos miren con sus
hojas
me dirás que me quieres.
Cuando no haya más música que
nuestros latidos
retumbando acompasadamente en la
oquedad de nuestros cuerpos
Cuando no haya más música que las
risas de los niños
ausentes corriendo y recorriendo los
pabellones vacíos de nuestros corazones
Entonces te diré cuánto te adoro.
Si lograra robarle el tiempo a las
horas que vuelan
pudiera ver el mundo a través de tus
pupilas
y entendería el lenguaje de la lluvia
cuando golpea contra mi ventana
y quiere decirme que es prófuga de las
nubes
Ambos... en nuestro escondite secreto.
Ambos... abandonados en esta barca
fugitiva
que nos abraza y nos lleva corriente
abajo
transformándonos la vida en sueño
voy despojándome de todo mi dinero y
joyas
contigo no ya no necesito nada más
si tus cabellos son mi frontera
tu vientre mi territorio
y tus ojos son mi hogar
Ya nuestros cuerpos han caído
derrotados
Extenuados de cabalgar al lomo del
viento
y juntos alcanzamos la orilla del
paroxismo
Y ahora me sonríes con los ojos
y tus labios parpadeando
quieren decirle a mi piel:
...me gustas bajo la lluvia
...te quiero cuando los árboles nos
miran
...nos amamos en el abrazo del tiempo.
Juan Francisco Samaniego
Poeta Galáctico
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